Doscientos por hora, a toda hostia. No quiero enterarme de lo que pasa alrededor, pero de repente aparece alguien que te dice que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas, de las pequeñas cosas que verdaderamente importan...
Pero inevitablemente, de repente ocurre, algo se acciona, y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar.
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